La nube es presentada como una solución cómoda que facilita el acceso a servicios y almacenamiento sin tener que preocuparnos por la infraestructura. Su concepto se asocia a la simplicidad, accesibilidad, y ahorro de costos en la gestión tecnológica.
La nube pública es accesible para cualquier usuario, gestionada por terceros, y más económica. La nube privada, en cambio, es exclusiva para una sola organización, proporcionando mayor control y seguridad. Para una pequeña empresa, la nube pública sería más adecuada por ser más económica y escalable.
Los servicios SaaS suelen ser más costosos porque incluyen todo, desde la infraestructura hasta el software, el mantenimiento, y la atención al cliente. Esto reduce la carga para el usuario, que no necesita gestionar ningún aspecto técnico del servicio.
IaaS (Infrastructure as a Service) permite acceder a infraestructura de computación, PaaS (Platform as a Service) ofrece plataformas para desarrollar aplicaciones, y FaaS (Function as a Service) permite ejecutar funciones sin gestionar servidores. Estas soluciones proporcionan flexibilidad y escalabilidad según el tipo de negocio.
Las máquinas virtuales han avanzado, pasando de ser costosas y complejas a ser herramientas accesibles y versátiles, con la capacidad de mejorar la eficiencia en el uso de recursos y facilitar la gestión de infraestructuras complejas.
Netflix es un gran ejemplo de éxito en la nube porque utilizó la tecnología para escalar rápidamente y ofrecer su contenido a nivel mundial. Su modelo pasó de un servicio de alquiler de DVD a una plataforma de streaming líder en el mercado, todo gracias a su infraestructura basada en la nube.
Los CPD se están moviendo hacia el norte debido a los climas más fríos, lo que permite reducir el consumo energético destinado a la refrigeración, además de aprovechar fuentes de energía renovable más económicas.
Un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) garantiza que el CPD siga operando durante cortes de electricidad. Los grupos electrógenos actúan como respaldo en caso de que el SAI no sea suficiente, asegurando que no haya interrupciones en el servicio.
La redundancia asegura que si un componente falla, el sistema siga funcionando sin interrupciones, lo cual es vital para mantener la disponibilidad continua de los servicios que ofrece el CPD.
Se emplean sistemas de extinción como gases inertes y rociadores especiales que no dañan los equipos electrónicos. El agua no se usa porque puede provocar cortocircuitos y dañar los sistemas informáticos.
Los racks se organizan para optimizar el flujo de aire y mejorar la refrigeración, lo que ayuda a evitar sobrecalentamientos y mantener una eficiencia energética adecuada.
La limpieza es crucial, ya que el polvo puede bloquear ventiladores y causar sobrecalentamiento en los equipos. Mantener el CPD libre de polvo prolonga la vida útil de los equipos y mejora su rendimiento.
Un CPD enfrenta riesgos como desastres naturales, cortes de energía, ciberataques, y fallos técnicos. Las medidas de seguridad incluyen respaldos de energía, protección contra incendios y sistemas de seguridad informática. Ejemplos de riesgos incluyen inundaciones, conflictos geopolíticos y ataques DDoS.
El respaldo garantiza que los datos no se pierdan en caso de fallos, y el stock de piezas permite realizar reparaciones rápidas. Si no se cuentan con estos recursos, el CPD podría experimentar tiempos de inactividad prolongados.
Un CPD de respaldo en otra ubicación asegura que, si ocurre un desastre en el CPD principal, los datos y servicios puedan ser recuperados rápidamente, minimizando el tiempo de inactividad.
Un alto volumen de tráfico puede afectar el rendimiento de la red y aumentar el riesgo de ataques DDoS, lo que requiere medidas adicionales de seguridad y optimización del tráfico.
Un buen sistema de refrigeración es esencial para mantener los equipos a temperaturas óptimas. Si la refrigeración falla, los componentes pueden sobrecalentarse, lo que reduce su rendimiento y vida útil.
El mantenimiento de un CPD implica altos costos de electricidad para el funcionamiento de los equipos y el sistema de refrigeración, así como inversiones en equipos y personal especializado para su gestión.
El "housing como servicio" es el alquiler de espacio dentro de un CPD para alojar los equipos de una empresa. Esto reduce los costos iniciales y la complejidad de gestionar el propio centro de datos.
Los discos NVMe ofrecen una velocidad mucho mayor de lectura y escritura que los discos mecánicos, lo que mejora el rendimiento general, especialmente en entornos que requieren procesar grandes volúmenes de datos.
Los Tiers definen la disponibilidad y redundancia de un CPD. El CPD de la uVA es Tier III, lo que garantiza alta disponibilidad y una buena tolerancia a fallos.
La clasificación Tier ayuda a asegurar que un CPD cumpla con los requisitos de disponibilidad y redundancia. Los Tiers más altos ofrecen más garantías, pero a un costo mayor.
Los cables de categoría 6A son necesarios para transmitir grandes cantidades de datos rápidamente. La gestión del cableado es clave para evitar interferencias y optimizar el flujo de aire en el CPD.
El "u" hace referencia a la altura de los racks en unidades de 1.75 pulgadas. Es fundamental para organizar de manera eficiente el espacio y los equipos en el CPD.
Lo que más me sorprendió fue la complejidad de su funcionamiento y cómo los CPD gestionan la redundancia y seguridad para garantizar que todo siga operando sin interrupciones.
El mantenimiento en un CPD tiene muchas similitudes con los conocimientos que adquirí en el módulo de Montaje y Mantenimiento de Equipos, ya que ambos requieren atención a los detalles, solución de problemas y asegurar que los sistemas funcionen correctamente.
Sí, me gustaría trabajar en un CPD. Para eso, necesitaría mejorar mis habilidades en administración de sistemas, gestión de redes, y aumentar mis conocimientos en seguridad informática y optimización de recursos.
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